IDEAS SOBRE ESTRUCTURA Y EXPRESIÓN DE LA PERSONALIDAD HUMANA PARA ENFOCAR Y MEJORAR EL DETERIORO PSÍQUICO DE ESTOS TIEMPOS (2.019-...).

(SE PUEDE DIFUNDIR)


   Estamos viviendo tiempos muy difíciles en varios frentes: crisis socioeconómica continuación de la del 2.008, enfrentamiento bélico entre las superpotencias y pandemia del Sars-cov-2 con sus efectos en la salud y en la Economía. Siendo toda esta situación muy grave, no lo es menos el deterioro psíquico que está ocasionando. Solamente podemos afirmar con certeza que desconocemos nuestro futuro.

           Nos alienta
           el sentimiento de especie humana,
           que asciende cósmico, vibrante de amor,
           desde una luciente estrella lejana.

   EL artículo “Ideas sobre Estructura y Expresión de la Personalidad Humana para enfocar y mejorar el deterioro psíquico de estos tiempos” y todos los demás que vengo publicando se hallan en el Blog Cosmosociedad de mi página Web: www.cosmosociedad.es. Tienes allí además a tu disposición gratuitamente el libro “Alfabeto del Pensamiento y Cosmosociedad” (APyCS), de 510 páginas, cuya portada ves en el Cuadro 1. Recíbelos como un regalo navideño que te hago.

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Cuadro 1. Portada del libro “Alfabeto del Pensamiento y Cosmosociedad”.

Propósito del artículo

   Nuestra personalidad se está deteriorando y es necesario estar centrados en nosotros mismos para asumir los efectos desequilibradores de esta situación (2.020-...). Lo que se propone pues en este artículo es que el lector contemple el conocimiento necesario para vivir este tiempo desde una visión integral, más allá de las recetas psicológicas.

   Además, según la información científica tradicional, los virus son necesarios para la evolución de la vida. Sin ellos ésta se estancaría y moriría; nuestro cuerpo y nuestra mente tienen, por tanto, que cambiar. ¡Tenemos frente a nosotros el reto de una profunda Revolución en la Conciencia!

   Para conseguirla he preparado el artículo, que recoge también ideas esparcidas expuestas con anterioridad. El lector asiduo verá entonces, que algunas ya las conoce, pero otras aparecerán matizadas, ampliadas o simplificadas; habrá además otras añadidas que integran el conjunto.

Redacción de naturaleza caótica

   Voy a hacer todo lo posible para expresarme con la mayor simplicidad. El mensaje que, no obstante, estoy transmitiendo requiere un vocabulario muy especializado y demanda además una redacción de naturaleza caótica; pero es de difícil lectura, si ésta se hace además en base a la razón mental. Realmente el tipo de redacción se acomoda al tema tratado, como ocurre con la poesía y la prosa. Si se pasa un verso a prosa pierde su naturaleza. El Caos contiene belleza y el desorden fealdad.

   Recordemos también que el cerebro tiene la forma de un caos fractal con sus pliegues y repliegues, el cual alberga otro caos de 100.000 millones de neuronas. Nuestro pensamiento tiene pues génesis caótica, lo que también ocurre en la Naturaleza, como se ve en el Cuadro 2. A pesar de ello, construimos el conocimiento con base en la razón, que funciona linealmente, lo que puede encerrar la evolución del pensamiento humano, cuya propia naturaleza es pluridimensional.

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Cuadro 2. Ejemplos de Caos.

   El desarrollo del artículo se hace con el siguiente Índice:

ÍNDICE

1. LAS CUATRO DIMENSIONES DE LA CONCIENCIA HUMANA.

2. EN LA CONCIENCIA HUMANA SE MIRAN 4 UNIVERSOS.

2.1. Visión científica de los 4 Universos

2.2. Los 4 Universos en la Conciencia Humana

3. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD HUMANA.

3.1. Irrealidad del yo que creo ser y con el que me identifico

3.2. Todo lo demás que no soy yo es no-yo para mí

3.3. Yo que realmente se es

3.4. Los personajes que crea yo

3.5. La desviación humana del mensaje cósmico

4. LA APERTURA A LA LIBERACIÓN.

4.1. La repercusión de yo y yo en nuestras vidas hominizadas

4.2. El amor-felicidad en la meta y el amor infinito más allá

4.3. El Diablo gobierna en el bien y en el mal terrestres

4.4. Es errónea la visión de la Liberación que tenemos desde el yo que creemos ser

4.5. Mi propia experiencia personal

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1. LAS CUATRO DIMENSIONES DE LA CONCIENCIA HUMANA.

   No nos enredamos pues en disquisiciones psicológicas, propias de especialistas, sino que nos remontamos al “origen” para tener perspectiva sobre el tema que vamos a tratar. Ya posteriormente, desde aquella contemplación, descenderemos en los Apartados 3 y 4 al detalle de cómo se estructura y cómo se expresa la personalidad humana. Este Apartado 1 es una explicación elemental del AP para hacer más sencilla la comprensión de los Apartados 3 y 4.

El origen del pensamiento humano

   En otros escritos nos hicimos la siguiente pregunta: existe el “Alfabeto del Pensamiento” (AP) y la expresamos entonces en el Cuadro 3. Comprobamos que sí y que es similar a un instrumento musical de naturaleza circular, cuyas vibraciones esenciales semejantes a notas musicales se traducen finalmente en pensamiento humano. Pensamos en base al AP, como fuente original.

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Cuadro 3. Existe el Alfabeto del Pensamiento.

   En el Cuadro 4 representamos la forma circular del AP y sus 4 arcos, que se deducen de la naturaleza del número π = 3,141592…. En base a éste se generan las 4 Dimensiones de la Conciencia Humana, que son las siguientes: Personal, Social, Cósmica y Absoluta, que vemos expresadas en el Cuadro 4.

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Cuadro 4. Representación del Alfabeto del Pensamiento.

   Tomando como origen las 4 Dimensiones de la Conciencia Human se genera nuestro pensamiento, del que se deriva la naturaleza de la Personalidad Humana. Tiene lugar de la forma siguiente:

Las 4 Dimensiones de la Conciencia en la Personalidad Humana

1) La Dimensión Personal contiene el sentimiento, pensamiento y amor como persona concreta.

2) La Dimensión Social nos permite reconocer al “otro” e interactuar con él.

3) La Dimensión Cósmica nos transporta hacia suprasociedades, más allá de las relaciones sociales directas, de lo que es un ejemplo la relación internacional o la existencia de otros sistemas solares.

4) La Dimensión Irracional o Absoluta, que permite intuir que existen multiversos.

Confirmación científica del AP

   El AP tiene confirmación científica en la “Teoría Física de Supercuerdas”. En ésta se supone que lo más elemental son unas diminutas cuerdas vibrantes, de las que finalmente se deriva todo lo existente. Presenta pues analogía con el AP, ya que en éste se supone que existen 22 cuerdas que generan 22 vibraciones esenciales, de las que se deriva todo el Universo. Se puede ver dicha analogía en el Cuadro 5.

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Cuadro 5. Analogía entre el AP y la Teoría de Supercuerdas.

   El AP fue descubierto en 1.992 con independencia de la Teoría Física de Supercuerdas, pues supe la concepción de dicha teoría en el 2.005. Lo que hace además el AP es proyectar aquellas vibraciones en la génesis del pensamiento humano. Pensamos pues como una función derivada del AP.

2. EN LA CONCIENCIA HUMANA SE MIRAN 4 UNIVERSOS.

   En los siguientes apartados se explica la existencia de 4 Universos, que son mirados en la Conciencia, y que, por tanto, generan la “Estructura y Expresión de la Personalidad Humana”. Son los siguientes: Objetal o de los objetos; Mental o de contenidos mentales; Ideas o Principios, que contiene las ideas que se tienen sobre todo; Intuicional, que está más allá de lo cognoscible directamente.

2.1. Visión científica de los 4 Universos

Visión científica

   Los tres primeros universos son considerados en la Filosofía de la Ciencia por K.R.Popper. El investigador científico observa el Universo de los Objetos y, desde su propia mente, establece relaciones racionales de aquellos, con los que se puebla el Universo Mental. A partir de ahí, se elaboran tesis y principios que nutren al Universo de Ideas Humano.

   Veamos como ejemplo de la visión científica el descubrimiento del Principio de Arquímedes. Éste tenía el encargo del rey de saber si una corona era de oro puro. Ocurrió que al meterse en la bañera el agua subía; en este caso los objetos del Universo Objetal son la corona, su cuerpo, la bañera y el agua. Según la tradición, colaboró su mujer, pues al verlo preocupado y cansado, le dijo que se diera un baño.

   A continuación estableció la relación mental entre ellos comprobando que un objeto se hunde en el agua si su peso es mayor que el peso del volumen del líquido desalojado; se puebla así el Universo Mental.

   Aquello se cumple con todos los objetos y con todos los líquidos, por lo que elabora ya el Principio de Arquímedes, que nutre el Universo de Ideas Humano. A partir de él, introduciendo el concepto de densidad, comprueba que la corona era una liga de oro y plata, que tiene una densidad diferente a la del oro puro.

La Mirada Única de los 4 Universos

   En el Cuadro 6 se representan los 4 Universos en la Mirada Única en la Conciencia Humana. Señalamos también cómo está encarnando la visión de los 4 Universos en el pensamiento y en la personalidad de los homínidos actuales.

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Cuadro 6. Mirada de los 4 Universos en la Conciencia.

2.2. Los 4 Universos en la Conciencia Humana

   Vamos a conocer seguidamente nuestra mirada personal en cada uno de los 4 Universos. Se va formando así la Estructura y Expresión de la Personalidad Humana.

La Mirada en el Universo Objetal

   Existe el Universo Objetal, cuyos contenidos son todos los objetos que pueblan este mundo. Es el que vemos con la mirada ocular, como en los siguientes casos: el cuerpo, la mesa, el ordenador, el Sol, etc. Está ahí y nos es sencillo reconocerlo directamente con nuestros sentidos; es fácilmente manipulable. Así ocurre con el vaso y con el agua, que los puedo utilizar para beber.

La Mirada en el Universo Mental

   La mirada ocular en el Universo Objetal se transforma en mirada mental en el Universo Mental. Éste es accesible y “alberga” los pensamientos concretos, que se tienen de los diversos objetos y de sus relaciones. Se ve en la mirada mental, por ejemplo, que el coche está junto a la acera y así se alberga en la mente donde se mira.

   Lo mismo le sucede a cualquier sujeto que los vea, siendo entonces un contenido común en la Mente Colectiva, que integra todas las mentes personales. Podemos pues relacionarnos los unos con los otros dialogando, pues todos tenemos similares contenidos mentales.

   Aunque el objeto libro está en el Universo Objetal, se mira en la mente con la mirada interna. Realmente no se ve el libro externo sino su representación en la mente. Según como ésta sea, así se verá el libro; por eso disentimos los unos de los otros en cómo son las cosas que vemos, aunque todas procedan de la misma fuente.

   El Universo Objetal es comparable al Hardware de los ordenadores y el Universo Mental al Software. Éste no se ve, pero está ahí, expresado por el Hardware, que sí lo vemos. El Universo Mental no es manipulable directamente, es como es, aunque sí podemos personalmente alterar sus contenidos y sus relaciones. El disco duro se podría comparar al Universo Mental.

La Mirada en el Universo de Ideas o Principios

   Seguidamente miramos en el Universo de Ideas, en el que se “encuentran”: los ideales y las ideas de todos los objetos, los principios matemáticos, etc. El libro sabemos que es un libro y no un árbol, porque previamente tenemos la idea de libro, que es distinta de la idea de árbol, lo que nos permite distinguirlos.

   Este Universo ni es visible ni es manipulable. Está más allá de nuestros actos y pensamientos y estos últimos existen gracias a él. Comparándolo con los ordenadores, sería Internet. En éste se ha depositado, aunque sea artificialmente, una fuente de recurrencia accesible para todos, como ocurre en el Universo de Principios.

Mirada en Universo Intuicional

   Finalmente el Universo Intuicional encarna peculiarmente mediante la iluminación en la Inteligencia. Se ha manifestado en los siguientes humanos: místicos, artistas, científicos, etc. Éste Universo ni se ve ni es manipulable y no es accesible directamente. La mirada en este Universo no tiene el artículo “la”, pues no se concreta, ya que su naturaleza es de 4ª dimensión.

   El Universo Intuicional se manifiesta también en nosotros espontáneamente acompañado de luminosidad y de una sensación orgásmica en el cuerpo, más sutil que la sexual. Aunque no es lo mismo, se tiene una experiencia similar cuando intensamente queremos resolver algo y de pronto, cuando no lo esperamos, aparece la solución.

   Se intuye en el Cuadro 7 “más allá de” la mirada tridimensional que engloba a los 11 personajes dentro de la esfera que los encierra. Todos perciben, por medio de la llama luminosa sobre sus cabezas, que hay una cuarta dimensión desde donde mira la paloma, pero solo en el personaje (11) que asoma a la izquierda desde su mirada “extraviada irracional” parece ser que Mirada Intuicional se mira en él.

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Cuadro 7.Mirada en Universo Intuicional.

3. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD HUMANA.

   Se ha visto anteriormente la génesis original del pensamiento y de la personalidad humana, nos referiremos ahora a cómo se generan su estructura y su expresión: cómo pensamos, qué queremos realmente, nuestras luces y sombras, la orientación evolutiva que seguimos, etc.

3.1. Irrealidad del yo que creo ser y con el que me identifico

   Si te pregunto: ¿estás leyendo este mensaje? Tú te dirás que sí, pero date cuenta, que de una manera muy sutil sientes además una referencia personal en tu mente, a la que llamas yo, de modo que puedes decir: “yo soy el lector”.

   ¡Repítelo y mira bien a ese yo que siempre aparece! Observa también que ese yo se identifica con el nombre que tienes; si alguien lo pronuncia, creerás que eres tú, lo que es un gran error porque tú no eres la sonoridad de tu nombre; está muy claro que esa no es tu identidad.

   Puedes también decir: “yo soy joven”, “yo tengo un coche”, “yo hago este trabajo” o lo que se quiera. En estos casos y en los anteriores aparece siempre este yo, en el que se refleja la percepción de ser, tener o hacer algo. Ya ves que es relativo el yo, que crees ser; sirve para las relaciones con cualquier circunstancia. Este yo se genera a partir de la Dimensión Personal de la Conciencia.

   Solamente para esa función auxiliar ha sido creado por la vida y no para abducir el cuerpo, adueñarse de él y decirle “mi cuerpo”, porque no pertenece a yo sino a la vida que lo formó. Dónde está, por ejemplo, el yo durante la gestación o en las funciones del organismo, aunque siempre se apunta al placer del cuerpo.

3.2. Todo lo demás que no soy yo es no-yo para mí

   Tenemos que distinguir ahora el yo de la circunstancia en que vive, que la ve como algo externo que no es yo. Puedes decir ahora lo siguiente: “yo tengo un libro”, “yo estoy en mi cuarto”, “yo quiero agua”, etc. En todos estos casos crees que es exterior a yo: libro, cuarto y agua. Son todos para ti diferentes a yo y por eso los llamamos no-yo. Éste se genera a partir de la Dimensión Social de la Conciencia.

   En el Universo de Objetos está efectivamente separado tu cuerpo, con el que yo se identifica, de los siguientes no-yo: “libro”, “cuarto” y “agua”. En cambio, en tu mirada interna, que es donde realmente los ves, todos son Universo Mental: yo, “cuerpo”, “libro”, “cuarto”, etc. Aunque tu cuerpo y los objetos se encuentran en posiciones diferentes en el Universo de Objetos, realmente están en tu única mente para ti. Mostramos para verlo el ejemplo del Cuadro 8.

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Cuadro 8. La mirada interna.

3.3. Yo que realmente se es

   El yo que crees ser va suministrando los materiales para construir todas las redes mentales plenas de aceptaciones, rechazos, valoraciones, etc. Se identifica además con todas sus experiencias y tú te sientes entonces encadenado, aunque no lo adviertas.

   Quieres ser libre, pero ha sido el yo que crees ser el que ha ido creando las cadenas. Su naturaleza es el encadenamiento, por eso yo nunca podrá ser libre, ¡no hagas revoluciones inútiles! ¿Quién se es realmente? Se es yo, que vemos en el Cuadro 9 y que nace luminoso al desaparecer yo. Aquel yo se genera a partir de la Dimensión Cósmica de la Conciencia, formándose una mirada cosmosociopersonal integrada, como ocurre con la mirada ocular en el espacio tridimensional, aunque aquélla está enrarecida en la humanidad.

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Cuadro 9. El yo que creemos ser y el yo que es.

   Se elabora en aquel yo además un sistema de pensamiento que nos está llevando a un callejón sin salida como especie. Se caracteriza por lo siguiente: intencionalidad, pues siempre actúa para obtener un resultado, dependencia en la acción ya que queda ligado a lo que proyecta, generar personajes de sí mismo con los que se identifica, como creerse ser un varón o una mujer, y porque su naturaleza es el encadenamiento con lo que quiere y obtiene.

   También mora en nosotros yo que es, pero es obscurecido por el anterior como ocurre con el Sol y la Luna en un eclipse de Sol, lo que se ve en el Cuadro 8. Este yo es realmente el sujeto de nuestra vida, aunque el yo se lo ha usurpado. Se vive generalmente sin tener conciencia de él.

   Se caracteriza por lo siguiente: mora en él la Libertad Esencial que buscamos, porque no hay intencionalidad en la acción al vivir desde él y porque no se identifica con nada. Es individual para cada humano, aunque está subsumido en el YO UNIVERSAL.

   Si suponemos una jarra (yo) que se rompe (muerte del cuerpo y de la mente) lo que estaba dentro (yo) se identifica con lo de fuera (YO). Este es el secreto de la verdadera comunión humana de yo de todos los individuos; no lo es los igualitarismos de los yo de los homínidos. Simplemente se puede decir entonces: yo soy yo y YO ¡Sin más!

3.4. Los personajes que crea yo

   Así como el novelista funde en una trama a los personajes de su obra, que son versiones psicológicas de sí mismo, el yo (más amplio que el ego), que hemos visto anteriormente, hace algo similar. Convierte su vida en un teatro, en el que el yo genera personajes de sí mismo, con los que se identifica además. Comienza así a desviarse de la propia vida las 4 dimensiones de su conciencia propia.

¿Cómo genera yo sus personajes?

   Si, por ejemplo, tengo idea de ser “poca cosa” y mi ideal es “ser muy importante”, produciéndome esto desazón, gran parte de mis pensamientos objetivos y de mis actividades de relación irán dirigidos a ser muy importante para poder ser “feliz” eliminando mi desazón.

   Todo ello se vive de forma compulsiva e incluso agresiva, si la actitud de alguien nos recuerda que somos “poca cosa”. Se crea así dentro de nosotros un personaje efectivo, diferente de yo, pero al que éste le dedica su vida y con el que además se identifica diciéndose: “yo soy poca cosa”.

   Mira muy bien la generación de personajes por tu yo, porque estoy seguro de que es fuente de grandes desdichas. Llenamos así la mente de múltiples contenidos, a los que llamamos personajes, que nos impiden sentir, pensar y amar con independencia de ellos; nos convertimos en un guion teatral.

   Si la idea de una circunstancia está encadenada con reacción de cólera, cuando aparezca dicha circunstancia, yo se identificará con ser colérico. Posteriormente el yo creará el siguiente personaje: “Es que yo soy colérico”. Este modo de pensar es prácticamente compulsivo.

   Todos los personajes se generan análogamente y funcionan como una sombra, que obscurece a yo que realmente se es. Además el yo se identifica con el personaje y le deja “vía libre” cuando aparece la circunstancia, como en el caso de la cólera que no le es posible “aguantarse” porque es colérico.

   La influencia de los personajes es muy diversa, pues suelen estar relacionados entre sí, de forma que si se activa uno también lo hace el otro. Además en los personajes anidan sentimientos de valoración, unión o aceptación variables. El entramado es, por tanto, muy complejo y está muy interconectado, por lo que piensa y actúa con independencia del yo. ¡Es así como se pierden la identidad y la libertad!

   Aquella interconexión es como un gran fractal regido por la autosemejanza, en la que todos los personajes son yo y en yo son todos los personajes. Su aspecto sería análogo al caos fractal del Conjunto Matemático de Mandelbrot, que se vio en el Cuadro 1.

El personaje del niño

   El personaje del niño determina muy especialmente a todos los demás. Cuando el niño es muy pequeño, sus educadores le aceptan tal y como es; pero cuando empieza aquél a querer manifestar su yo, el educador no le corresponde con su yo, porque no lo vive, sino que le va imponiendo la estructura de comportamiento de su propio yo, con el que sí vive. Esto se transmite además generacionalmente como una desviación original.

   El niño entonces empieza a desconectarse de su fondo vital, por el que fluye su potencial de energía-amor-inteligencia, quedándose en situación de angustia larvada. Finalmente se adapta, de una manera falseada, a las condiciones del yo de su educador.

   Puede así sobrevivir y huir de la angustia y del abandono en los que siente que vive. Se va creando así el personaje del niño, que condicionará sobremanera al yo del nativo adulto. Un ejemplo ilustrativo en la pantalla es la relación entre el trineo “Rosebud” y el “Ciudadano Kane”.

   Cuando el niño se abre plenamente a la Dimensión Social, se le imponen los personajes sociales admitidos. Para ocultar falsamente el personaje del niño su pequeñez insatisfecha, querrá alcanzar el homínido adulto las mayores cotas sociales, como ser: artista, político, etc.

   La popularidad y el reconocimiento del público le compensan entonces del afecto incondicional que no tuvo cuando era niño. En el caso contrario, puede llegar a ser el adulto extremadamente cruel. Observemos que tras los políticos, suele haber un niño insatisfecho del poder que no tuvo en la infancia.

   Está claro que la afectividad de los padres al hijo y la visión del mundo que le ofrecen influyen en los ideales que nutren a todos los personajes que crecen con el niño. Más que recetas mentales, que el niño comprueba que están falseadas, los educadores tienen que transmitirle la búsqueda de lo verdadero, ejercitando el Discernimiento con él mediante ejemplos.

   Existe paralelismo somático entre los personajes y la mielinización del lóbulo prefrontal del cerebro. Ésta tiene lugar desde la infancia hasta la adolescencia tardía, pues se “rigidiza” aquella parte del cerebro, constituyéndose así en algo estructural de la vida.

3.5. La desviación humana del mensaje cósmico

   Las fuerzas generadoras celestes de las 4 Dimensiones de la Conciencia Humana, siempre presentes, actúan sobre el yo, ya desviado, empujándolo aún más, por tanto, por su camino divergente. Esto lo expresamos en el Cuadro 10 donde se ve cómo el dedo humano recoge desviadamente el mensaje creador expresado por Júpiter, o dios del Olimpo, por medio de su dedo índice o dedo de Júpiter. También aparecen ejemplos de algunas desviaciones de los homínidos.

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Cuadro 10. Para emerger de la decadencia hay que escuchar el Mensaje Cósmico.

   Utiliza a su manera el yo aquel mensaje generador, corrompiéndose la evolución humana. Aún peor se “diviniza” el homínido, pues siente la influencia generadora, aunque desviada, y cree entonces erróneamente que su camino es el verdadero. Esto le ensoberbece “ahuyentando” así su gran complejo de inferioridad existencial; pero generando también su decadencia vital.

4. LA APERTURA A LA LIBERACIÓN.

   Con la liberación de las sombras que obscurecen a yo aparece su luz, que comunica la felicidad sutil desconocida, que realmente se anhela. A la Liberación se llega mediante la Purificación de la Mente; a ésta se le dedica la Tercera Parte del libro APyCS y numerosos artículos. Lo que comunicamos seguidamente son algunas características de aquel encaminamiento, que son generalmente nuevas para el lector asiduo

4.1. La repercusión de yo y yo en nuestras vidas hominizadas

Todo lo llena yo

   Nuestra cultura del “Homo sapiens” está dominada por el yo de sus homínidos; donde se nos mire ahí está el yo. Las leyes parlamentarias, por ejemplo, se dirigen a un yo supuestamente desviado de ellas, intentándolo redirigir mediante coacción a aquel yo, que es muy poco responsable de lo que se le imputa. También cualquier tipo de enseñanza se dirige a aumentar la información del yo, que por naturaleza se identifica con ella; no existe además el profesor integrador.

Las cárceles del tiempo

   Tal vez lo peor de todo sean las “cárceles del tiempo” en las que se meten con afán el yo con sus personajes. Si observamos nuestro devenir, vemos que estamos determinados por nuestro tiempo personal y aún peor por el tiempo social.

   Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos el yo va metiéndose en cárceles sucesivas y repetitivas a las que permanentemente se asocia e incluso se encierra en ellas: aseo, vestirse, desayuno, etc. en lo personal y transporte, trabajo, etc. en lo social. Incluso cuando se va de vacaciones vuelve a meterse en nuevas cárceles, aunque más atractivas.

   Recordemos que el Tiempo es “Cronos” y que éste es el mejor disfraz del Diablo. Se deduce del AP que el Diablo se deriva de los siguientes pensamientos alfabéticos: “Avance.8” y “Límite.9”. Como Cronos lo vemos representado en el Cuadro 11. Hablo extensivamente del Diablo en otros escritos, pero haré un resumen más adelante.

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Cuadro 11. Cronos o Diablo se deriva de los pensamientos alfabéticos: “Avance.8” y “Límite.9”.

   Está claro entonces que cuando el líder revolucionario mete en su discurso la promesa de libertad, casi todos se apuntan. Confunden estos la Libertad Esencial de yo con la liberación de las cárceles en las que viven con sus personajes. Evidentemente la revolución fracasa en su fondo, porque la naturaleza del yo es el encadenamiento, no puede ser realmente libre.

Se alza la mirada al cielo con los pies sobre la tierra

   Cuando explicaba todo esto en la Universidad, algunos alumnos me preguntaban: “si el yo lo llena todo y a nosotros mismos, ¿qué se puede hacer entonces, porque estamos en este mundo social tal y como es?”

   “Ahora estamos en clase escuchándole y todo resulta muy bien, pero luego tenemos que regresar al mundo de fuera. Uno decía: yo me voy con el mono de regresar a clase el jueves, pero luego se me olvida y cuando llega el lunes me vuelve el mono”.

   Les respondía con respecto al sistema social lo siguiente: “Tenéis que estar sin ser, para lo que es una ayuda la lengua española, que tiene separados los verbos estar y ser”; “estáis en este mundo, pero no le pertenecéis”; “los pies están sobre la Tierra, pero los brazos se alzan al Cielo”. Ante un tema similar a éste, Jesús de Nazaret respondió: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

La felicidad de la liberación tiene su coste

   El camino que tienen que recorrer quienes quieren ir más allá de yo no solamente no es gratuito sino que además presenta dificultades y pruebas que pueden desalentar a aquellos, cuya determinación no es firme. El yo del homínido está apegado, por voluntad propia, a la estructura de personajes que él mismo ha creado, que le dan su aparente identidad. Todo ese entramado se resistirá pues a cualquier cambio, generándose situaciones conflictivas, que someterán a prueba la voluntad humana.

   El homínido está además identificado con su yo, que querrá apoderarse de cualquier tentativa y método de liberación. Pretenderá que le sirvan a él mismo para ser super-yo; incluso engañándose como es su costumbre, lo que está extendidísimo. Hay que prestar una singular atención en la adquisición del conocimiento, para que no se convierta en el “poder del conocimiento” para así dominar a los demás. ¡Como la meta es elevada, el camino tiene pendiente con obstáculos!

4.2. El amor-felicidad en la meta y el amor infinito más allá

Alcanzar aquella meta es como la escalada a una alta montaña

   Se recorre aquel camino ascendente por etapas, pero a pie; no se puede ir en helicóptero. Si un montañero lo utilizara para escalar una alta cima, “no llegaría”. La cima verdadera de una alta montaña está en el esfuerzo vivido en su escalada.

   El buen montañero sube decididamente sintiendo que la creciente soledad que se respira se va transformando en felicidad. En cada etapa se abre una esperanza nueva mirando a la cumbre que parece esperarle. También mira hacia abajo, con amor, a los obstáculos y peligros que va superando en su ascenso, incluso habiendo arriesgado en algunos momentos la vida; pero “algo” le protege y ayuda.

   Cuando alcanza la cima todo lo vivido se consuma, porque aparece un ciclo nuevo, que alborea flotando en un amor-felicidad desconocido y sutil. Es distinto al que vivía cuando estaba en la tierra antes de llegar a la cima de la montaña, que se levantaba “lejos” ante sus ojos.

   Se sentirá muy unido a otros montañeros que también han escalado junto a él. Los verá en comunión con el cielo estrellado en el que todos se funden en un abrazo común. Desde allí, las estrellas bajan a la altura de los labios para entregar el beso cósmico que desde siempre estaban esperando. Si los montañeros hablaran de las dificultades del ascenso, las mirarían sonrientes como a un amigo íntimo.

   Alguien en algún momento romperá el encanto celeste y dirá: “bueno que tenemos que ir pensando en bajar”. Uno dirá, “sí que a mí me están esperando”, otro recordará que “tiene que volver al trabajo”, pero “algunos pocos transgresores”….Aparece así la diabolización del grupo; muchos de ellos voluntariamente empiezan a encerrarse poco a poco en sus cárceles del tiempo dejando atrás la experiencia celeste.

Se abre un nuevo ciclo para los montañeros que se encerraron en las cárceles del tiempo

   Ya de vuelta en la tierra firme, las cárceles del tiempo van ahogando demasiado a los montañeros que se encerraron en ellas. El yo no estuvo presente en la cima, pero será él el que cuente la experiencia, atribuyéndosela, a quienes no escalan las altas montañas y prefieren quedarse en lo que llaman “seguridad” y “tranquilidad”.

   Proyectarán entonces una nueva escalada, pero esta vez será a una cima más alta. La diabolización crece entonces porque se abre un ciclo nuevo de cima-tiempo que “salta” de montaña en montaña. Advierten al realizarla que la vibración del cielo esta vez ya no es la misma y ellos lo interpretaran resolviendo ir a una cima aún más alta en la próxima escalada, por lo que la diabolización se consuma.

El retorno de “algunos pocos transgresores” a la primera alta montaña.

   .… “Algunos pocos transgresores” se destacarán del nuevo proyecto del antiguo grupo y volverán a la primera montaña. Allí había algo más que permanecía oculto y que se desvelará ahora que su mente está purificada por el ascenso, al desapegarse de los peligros y de los obstáculos superados, que pusieron a flote casi todas sus sombras.

   Estos cuentan su experiencia con desapego y en estado de atención, para que no se les cuele el yo. Se dicen además: “¡No hay que explorar nuevas montañas, volvamos a la primera!” Realmente el Mar está en una gota de agua y una gota de agua es el Mar.

   Sienten que tienen que escalarla, pero esta vez los necesarios peligros ya no lo son y los descansos son solo los imprescindibles. Llegan a la cima, sí, llegan de nuevo a la cima, pero sienten esta vez que ahora miran desde una altura infinita, tanta que son ellos los que desde lo alto, infinitamente alto, son los que siente “abajo” el amor ascendente que fluye eterno entre la estrellas.

   Irán bajando después lentamente de la montaña distinguiéndose de la tierra llana que se acerca, pero que ya no les abraza. Encontrarán a sus compañeros iniciales y habrá quienes pondrán en duda que aquello de ir subiendo de montaña en montaña ya no les atrae, pero otros persistirán en su engaño.

   Los que dudan advertirán que los antiguos compañeros revolucionarios ya no son los mismos, y al preguntarles por su nueva experiencia les responderán con una mirada de silencio que entenderán casi sin hablar. Los revolucionarios sienten que el mundo ya no les afecta como antes; si alguien, por ejemplo, se mofara de ellos no lo oirían porque esa cadena ya no la tiene el yo.

4.3. El Diablo gobierna en el bien y en el mal terrestres

   Para entender bien lo anterior hay que recordar que hace muchos siglos se decía:

Evangelio según Mateo (22-14): "Son muchos los llamados, pero pocos los elegidos".

Corán: Cuando Iblis (Diablo) le contesta a Dios: “…Porque me extraviaste embelleceré las malas acciones de los hombres en la Tierra y los extraviaré a todos a excepción hecha de quienes entre ellos sean tus servidores devotos…”. (Azora XV, aleya 40).

   Aquél es el caso de los que embellecen el “mal” y así extravían a los que les escuchan, que es cómo se comporta Iblis (Diablo). Un ejemplo es la falsa bella mirada de los “buenistas”, a la que es necesario reconocer para no ser engañados. La Yihad Islámica y los suicidas desaparecerían si entendieran la azora anterior del Corán.

Existe el Diablo como entidad arquetípica

   No hay que pensar que el Diablo es alguien con patas y rabo. Es un arquetipo más existente en el Inconsciente Colectivo de la Humanidad y desde allí, como cualquier otro arquetipo, se manifiesta en el Inconsciente Personal, lo que finalmente se hace consciente personal en el homínido, que lo interpreta como algo naturalmente suyo.

   El Diablo es el que gobierna en el bien y en el mal terrestres, así como en todas las organizaciones existentes; es el Saturno y Cronos de las antiguas mitologías. En nuestra mente aparece mostrándonos escenarios de felicidad si seguimos sus recomendaciones del bien y del mal. Aquéllas son siempre un engaño, el cual si lo descubrimos con Discernimiento nos conduce a una realidad cósmica, lo que es la finalidad última del Diablo, pero que no es fácilmente perceptible.

   Es distinto el Demonio, que separa al hombre del Cielo y lo hunde definitivamente en el fenómeno terrestre sin más horizonte. Éste mora en la Mente Colectiva y ha sido creado por los homínidos a partir del Diablo; pero desaparece con la luz de la Liberación. Se derivan de él: Lucifer. que se manifiesta como "buenismo" y Satán, que lo hace como "malismo". Todos dan soluciones terrestres a los problemas terrestres, absolutamente sin ninguna orientación celeste. ¡No hay que dialogar con ellos!

Concepción mitológica del Diablo

   Según el conocimiento mitológico griego, el Diablo se manifiesta por el dios Saturno, que es el último planeta visible desde la Tierra. Éste es hijo (procede) de la Tierra o Gea y del dios Urano, que reina en el Cosmos más allá de Saturno. En el cielo el planeta Urano se encuentra a continuación del planeta Saturno.

   Gea aliada con su hijo destrona al dios Urano cortándole los testículos, cuyo semen cae al Mar naciendo así Venus, como diosa del amor humano. La Tierra y el Diablo pasan pues a ser los rectores de los temas terrestres; no hay en principio “más allá de…”.

   Existe, no obstante, la posibilidad de la redención cósmica por Venus y Urano, ya que Júpiter, dios del Olimpo, destrona a su padre Saturno y lo destierra encadenándole. El amor humano, simbolizado por Venus, nos puede elevar entonces a los brazos de su padre Urano, que nos acoge en su seno cósmico y nos liberamos así de las cadenas de Saturno, que son las nuestras.

   En el cielo el planeta Urano y 5 de sus lunas tienen movimiento retrogrado, lo que también le ocurre a Venus. A diferencia del resto de planetas su eje de giro está contenido en la eclíptica; marca pues un cielo gravitatorio que se destaca libre del de Saturno. Éste último puede dar lugar a la generación del yo y Urano a la de yo.

   Todo lo que acontece pues en la Tierra está gobernado por Gea y por el Diablo, mientras que en el cielo cósmico lo hace Urano. La personalidad de los nativos se deriva entonces de un yo encadenado, como el del Diablo, y aliado a los temas terrestres de Gea. Ésta es, por tanto, una sociedad diabolizada, cuyo génesis representamos en el Cuadro 12. Los números que aparecen son los pensamientos alfabéticos del AP de los que procede la secuencia de encarnación del Diablo.

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Cuadro 12. La encarnación del Diablo.

Casi toda esta humanidad está sirviendo al Diablo sin saberlo y, aún peor, al Demonio ignorándolo.

4.4. Es errónea la visión de la Liberación que tenemos desde el yo que creemos ser

La espiritualidad engañosa

   Existe una comunicación directa y constante entre el yo y el yo, como ocurre entre Urano y Saturno. Éste proyecta su naturaleza real sobre yo, el cual lo interpreta como su propia necesidad espiritual y se afana entonces en múltiples actividades que la satisfagan, como hacer yoga, asistir a cursillos, buscarse un guía, etc. El yo se siente así mejor y cree que está en el buen camino. Cuenta sus logros a los demás pretendiendo incluso ser un guía para quienes le escuchan.

   Todas aquellas actividades son solo auxiliares o complementarias de la verdadera liberación o plenitud espiritual. Ésta solo se alcanza cuando el homínido se va liberando de sus cadenas mediante la Purificación de la Mente y empieza a aparecer entonces la Libertad Esencial de yo.

La visión oriental en Sry Sankaracharya

   Lo que nos dice en el Cuadro 13 el Maestro S.Sankaracharya es que el yo no es real. Esto es difícil de aceptar y aún menos de asimilar, es ver que nosotros, tal y como nos mostramos, no tenemos existencia real; somos solo un producto mental. Es como si una parte del cerebro se hubiese destacado como un área de recepción, elaboración y respuesta de todo lo que se siente, se piensa y se ama; todo sería Universo Mental sin más.

   En efecto, si el yo se mira y se reconoce en el movimiento de la luz sobre las aguas experimenta el vaivén de la vida, pero yo (Sol) no se mueve, ya que el Sol está quieto en el cielo. Asimismo ocurre con la movilidad de todas nuestras percepciones, que aunque afectan al yo con el que vivimos, no lo hacen a yo, que es nuestra identidad.

   Comprendo muy bien, que si aquello lo escucha alguien con penalidades no lo entenderá; es como decirle: “No estás enfermo o no tienes hambre”. Esto es verdad, no obstante, para el yo desviado creado por nosotros; pero es irreal en yo. Queda pues expresado la irrealidad de yo.

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Cuadro 13. La proyección de yo sobre el yo irreal.

4.5. La experiencia personal en mi

   Creo que es conveniente ahora comunicar la experiencia personal en mí sobre lo que hemos ido diciendo, porque si no sería todo demasiado de papel. Mi situación hace algunos años era la del estado del eclipse en la derecha del Cuadro 8. Hay en aquél un inicio luminoso, aunque también una gran superficie de sombras, pero que poco a poco se van desvaneciendo.

La singular importancia del Estado de Consciencia

   ∞ Es fundamental ser consciente de lo que se piensa e incluso de lo que se está sintiendo, aunque esto parezca más complejo y difícil, ya que he comprobado que el Estado de Consciencia es la llave maestra de la evolución espiritual. Una cosa es darse cuenta de algo, que es un acto mental, y otra bien distinta es ser consciente.

   Se ve entonces separadamente la representación mental de lo sentido, pensado o amado; es como si estuviera a distancia, por lo que no es posible la identificación con aquélla. Si se está en Estado de Consciencia se dibujan además perfectamente, desde la tenue luz que aparece de yo, los personajes que aparecen en la mente.

   Al verlos desde una mirada interior, separadamente del yo, en éste se aclaran sus sombras. Hay que contemplar simultánea y distintamente al yo y al personaje. El yo, que sigue estando presente, se siente más lleno de algo que no conocía, por lo que persevera en el Estado de Consciencia.

Mi experiencia del Discernimiento y del Amor a la Verdad

   ∞ Todo lo anterior se hace gracias al Discernimiento y al Amor a la Verdad, los cuales distingo como te digo seguidamente:

   La palabra verdad se utiliza mucho en el diálogo común al referirnos a hechos que queremos explicar con seguridad y certeza. Decimos, por ejemplo: “lo que te digo es verdad”, porque lo que se cuenta se hace con la intención de que coincidan lo contado con lo experimentado.

   El Amor a la Verdad lo experimento como verdad en sí misma, sin objetos de referencia que la constituyan o determinen. El Discernimiento es la función inteligente que va mirando a uno u otro de una multiplicidad de sucesos y descubre lo “intuido”, pero que se desconocía.

   Amor a la Verdad y Discernimiento son inseparables. El primero va fluyendo gracias al Discernimiento y en éste se necesita el Amor a la Verdad. Es distinto al Análisis por el que se conoce ya lo buscado, como el que se hace a una piedra para separar el oro en una mina.

   Presencia de un deseo determinante de trascendencia

∞ Realmente lo que se necesita es un deseo determinante de trascendencia, aunque se inicie proyectándose sobre el yo. No es necesario buscar un guía o realizar actividades auxiliares, porque pueden generar un espejismo al sentir su posible alivio.

   Yo he recibido la valiosísima ayuda del libro de Sry Sankaracharya del S. VIII: “La Joya Suprema del Discernimiento”. Lo estuve leyendo muy pausadamente durante 8 años. Iba además vivenciando lo que allí se decía.

Ayuda del método Zen

   El método Zen con su práctica de mirar a la inspiración y a la espiración lo realizo todos los días. Se tranquiliza así la mente y disminuye su proyectividad. Al principio de dicha iniciación es la mente la que mira a la respiración, de modo que todo queda en un acto mental.

   Si se persevera es la mirada interna la que ve la respiración. Se produce pues separación entre lo que mira y lo mirado; intuyo que más adelante solo hay mirada. Hay que pasar, no obstante, por una fase previa inicial en la que la mirada mental se dispersa pasando a mirar otros contenidos, que distraen la atención. Creo que esto es un fenómeno natural que hay que aceptar y que va desapareciendo si se vive desde el Estado de Consciencia.

El encuentro con el Maestro Interno

    Si se persevera en la Purificación de la Mente, pronto aparece el Maestro Interno o Sad-Gurú, que nos estaba viendo y esperando. A partir de ese momento hay que escuchar su voz que es distinguible de otras influencias.

   Ya no hay entonces que seguir buscando, porque lo realmente buscado es lo que te busca, pues necesita encarnar en ti para manifestarse en nuestro plano de existencia. Se siente entonces una compañía de algo vibrante que te hace vibrar.

Repercusión en las relaciones humanas

    Como nos desapegarnos de los personajes y los demás no lo hacen, se presenta un grave problema en las relaciones humanas. No se pueden seguir los diálogos habituales porque sus motivos no nos llegan. También se ven los personajes del otro; con los que se puede conversar, pero sin aceptarlos, pues se reproducirían virtualmente en mi mente y se resentiría la dimensión social de mi conciencia.

   Se comprende entonces claramente por qué muchos que quieren “ir más allá de…” se refugian en monasterios, conventos, lamasterios, etc. Allí pueden aspirar todos conjuntamente a la Dimensión Cósmica de la Conciencia Humana, mediante purificación de todo lo sociopersonal corrompido que se ha acumulado.

Se puede poner en riesgo la vida, en mi caso, de escritor de este mensaje

Para poder redactar algunos escritos he tenido a veces que superar graves obstáculos e incluso arriesgar la vida, como los montañeros transgresores, ya que son una prueba firme y necesaria de adhesión por varios motivos: para iluminar la intuición y acompasar la mente, para amoldar el cuerpo y para sentir la protección del cielo, que siempre te acompaña.

   Desde hace muchos años no viajo por turismo sino que me encamino por algún motivo que solo posteriormente conozco. A pesar de los problemas y de los peligros que he experimentado, vas seguro porque te sientes protegido; nunca me ha pasado nada y resulta gratificante. Cito dos casos:

   Tenía que experimentar un volcán para escribir el libro “Homo sapiens y Búsqueda del Grial”, por lo que fui al Teide. Había un gran viento y no funcionaba el teleférico, así que subimos mi compañera y yo a pie con la ropa y el calzado que llevábamos para ir después a la playa; pero al llegar arriba no había allí nadie. Subí ya solo 200m. más muy peligrosos y fue necesario que me introdujera en la boca del volcán, con evidente riesgo si salían gases.

   Para continuar mis escritos, tuve que darle la vuelta en velero de “chárter” al Cabo de Hornos. La semana anterior hubo vientos de 220 Km/h. y la semana siguiente estallaron los volcanes de Chile. En una noche mágica de la travesía les hablé a mis compañeros en francés y en alemán del Alfabeto del Pensamiento, alternando sucesivamente ambas lenguas, y quedaron extasiados. Al día siguiente me dijo inesperadamente un médico alemán: “nosotros estamos seguros porque vamos contigo”.

    Termino ya recayendo en los tiempos actuales. Mi libertad y mi felicidad internas van aumentando según me libero de mis cadenas. Vivo, no obstante, dentro de una urbanización en un chalet que linda con el campo, donde además de estar aislado estoy humanamente solo; pero me encuentro bien porque recibo la compañía directa del Sol, de los Planetas, de las Estrellas y del Árbol con su Montaña.

   Aquél coste en lo estrictamente humano es necesario para recibir puramente la “voz” del Maestro Interno que transcribo en mis escritos; yo no soy su autor, solo los escribo lo mejor que puedo. Lo tengo representado en mi jardín, como se ve en la figura inferior del Cuadro 14. Se inicia con él lentamente la búsqueda absoluta, como el caracol junto a sus pies, y desde la luz tenue de su candil, pero mirando a la luz elevada de la foto superior.

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Cuadro 14. El verdadero maestro es el Maestro Interno.

 

Afectuosamente, Jesús.

Agradezco la ayuda prestada por mi hermana Manuela Luz Lidón Campillo por su revisión para facilitar la lectura del artículo.